SERMÓN DEL EVANGELIO DE MATEO
SERMÓN DEL EVANGELIO DE MATEO
Es muy doloroso escuchar acerca de diversos pecados en los que han caído distintos pastores, diáconos y líderes de iglesias, en las últimas décadas. Muchos de ellos quizás creyeron que nunca caerían en adulterio, que nunca abusarían de su autoridad o que nunca descuidarían a su familia, sin embargo, la realidad es otra.
Dios quiere que veamos que Él está dispuesto a bendecirnos porque nos escogió y nos dio a Su Hijo Jesucristo, para quitar la dureza de nuestros corazones.
Dios quiere que veamos que apartados de
Él, nuestro corazón se vuelve indiferente y olvida que fuimos creados para
su gloria y para su plan glorioso de redención.
Todos sin excepción nos hemos enfrentado a momentos de incertidumbre. Nuestro corazón comienza a latir rápidamente, nuestro cuerpo se tensa tanto que incluso llegamos a sentir dolor en la parte superior de nuestro cuerpo.
Pensar que algo podría salir mal puede afligirnos. Sin embargo, Dios no quiere que vivamos de esta manera y los da las herramientas necesarias para poder enfrentar la incertidumbre de una manera bíblica para llevar la gloria a Dios.
La humildad es un virtud esencial en la vida.
Humildad: reconocer lo que somos, sin exagerar ni minimizar. La persona humilde tiene conciencia de sus habilidades y capacidades propias, y como no tiene nada que demostrar, está mas abierta a aprender y reconocer sus errores, así como a apreciar el valor de las otras personas.
¿Has tenido conflictos con algún familiar? ¿O has sido lastimado por tu familia? Seguramente la respuesta es: SÍ. Y esto no debería de sorprendernos.
Dios quiere que veamos que somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó en Cristo Jesús Señor nuestro
Las guerras son acontecimientos traumáticos para toda la humanidad.
Se escriben libros enteros para estudiar y analizar sus causas y siempre las recomendaciones se dirigen a buscar vías diplomáticas para evitar el conflicto entre naciones a través del diálogo y la negociación. Teóricamente se sabe que las contiendas, los pleitos y las luchas desgastan, generan pérdidas irreparables y son una grave amenaza para la vida social. Y sin embargo, dado que la confusión impera en este mundo caído, seguimos en guerra. La guerra es un acontecimiento de la vida diaria.
Dios quiere que veamos que somos más
que vencedores por medio de la libertad que Él nos ofrece en Cristo.