Dios quiere que entendamos que, en Cristo, su reino se ha acercado a la tierra.
Dios quiere que entendamos que, en Cristo, su reino se ha acercado a la tierra.
Dios quiere que recordemos que su venida es inminente—su juicio está por venir.
Dios ha dejado a la iglesia en la tierra para ser el reino de Dios y para extenderlo en cada rincón.
Dios quiere que entendamos que su reino se ha instalado en la tierra—nosotros viviremos, porque Él vive.
Dios quiere que veamos que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil—solo en Él tenemos esperanza.
Dios quiere que entendamos que ser parte del reino de Dios es causa de suprema alegría.
Dios quiere que expandamos el reino de la luz en medio del reino obscuro y que vivamos de una manera digna de nuestra ciudadanía.
Dios quiere que apreciemos la futura restauración de la Ciudad de Dios.
En una de las oraciones más comprehensivas del Señor Jesús, Él dijo, “no te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno” Juan 17:15. Es claro, entonces, que la permanencia del Cristiano en el mundo no es accidental sino con un claro propósito. Jesús mismo da tal propósito en el versículo 18 cuando declara, “como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo.”
Dios quiere que entendamo que los verdaderos ciudadanos del Reino tienen un amor genuino por su Rey y por los hermanos de la fe.